domingo, 28 de marzo de 2021

Nuevo robot lunar Daedaluis

 



La Agencia Espacial Europea (ESA, por sus siglas en inglés) presentó uno de los prototipos de robot lunar que se desarrolla con objectivo de adentrarse en las cuevas en busca de agua y otros elementos.







Riesgos de usar la misma contreseña siempre en todas tus cuentas y accesos



Las contraseñas pueden resultar un verdadero dolor de cabeza cuando las creamos y también cuando no las recordamos. Esa combinación de números, letras y signos que muchas veces se nos exige para garantizar su seguridad acaba por complicarnos la vida, por eso mucha veces recurrimos con frecuencia a utilizar la misma en distintas cuentas y accesos, para que nos resulte más fácil recordarla. También elegimos combinaciones sencillas, secuencias consecutivas, repeticiones de un dígito o palabras simples como nuestros nombres o apellidos, fechas importes. Lo cierto es que no acabamos de darle la importancia que tiene porque son un elemento clave para mantener las cuentas seguras.

En sondeo sobre la seguridad de las contraseñas se muestra que solo el 18% de los usuarios de Internet le da la importancia debida a la seguridad de sus contraseñas para acceder a plataformas digitales. Además, uno de cada dos personas no cambia nunca sus contraseñas de acceso a Internet, o lo hace tan poco que es muy probable que los datos de acceso a su correo electrónico estén disponibles en algún directorio de la Dark Web. Dicho sondeo arrojó a la luz que el 90% de las contraseñas que los usuarios consideran seguras, como la combinación de ocho dígitos o alternar entre mayúsculas y minúsculas, no son robustas. Cualquier ciberdelincuente hacker amateur’ puede descifrarlas con herramientas disponibles en la Dark Web.

Pero además uno de cada dos internautas accede con la misma contraseña a su correo electrónico, a su banco o a sus redes sociales, o bien utiliza una variación que hace su acceso vulnerable al ingenio de un ciberdelincuente. El informe indica también que el 40% de las personas tiene más de seis cuentas o incluso más de veinte accesos a sitios web protegidos con contraseñas. Estas cifras son alarmantes, si tenemos en cuenta la alta despreocupación que hemos detectado en la sociedad por su ciberseguridad. 

Una de la forma e combatir este tipo de amenazas es usar contrasenas fuertes y cambiarla cada cierto tiempo o utilizar una herramienta de gestión de contraseñas  una solución de seguridad que se basa en los protocolos de uso militar, que es capaz de resistir el ingenio de cualquier ciberdelincuente. Además de almacenar las claves en una bóveda encriptada, los administradores de contraseñas las rellenarán por ti. A través de una contraseña maestra, te permite acceder de forma controlada a todos tus servicios en la red. Es decir, sólo tendrás que recordar una única contraseña maestra para acceder a todos tus servicios Web. Si contamos con un teléfono móvil con tecnologías biométricas, como el reconocimiento facial o de las huellas dactilares, prácticamente podríamos reconfigurar todas nuestras claves y tenerlas almacenadas de forma segura con solo hacer un gesto o un click con el dedo.

Contraseñas fuertes

Desde hace tiempo muchos especialistas coinciden al defender un cambio de contraseñas cada seis meses o incluso cada tres. De esta forma, si ha sido pirateada nuestra cuenta, lo será por un espacio de tiempo más. No obstante, tal y como refleja las Directrices de Identidad Digital publicadas por el Instituto Nacional de Estándares y Tecnología, en Estados Unidos, hay cada vez más especialistas que creen que no es necesario ese cambio si las claves son fuertes.

Para tener una contraseña fuertes y dificil  es importante contar con un alto número de caracteres e intentar incluir números, letras en minúscula y mayúscula, así como signos y símbolos. Se aconseja evitar datos personales, porque los pueden averiguar indagando en las redes sociales. Hay además cosas importantes a tener en cuenta como nunca guardar una contraseña para un sitio determinado ni tampoco escribirla en un documento word o en el propio móvil. Si es posible, utilizar una autenticación de dos factores ya que resulta mucho más difícil de descifrar.

sábado, 20 de marzo de 2021

Diferencia entre un Virus y una Bacteria

 




Virus vs. bacterias

Muchas personas, por ejemplo, antes de la pandemia, confundían un virus con una bacteria. Opino que esa confusión ahora es mucho menos frecuente. En la actualidad, mucha gente sabe que confundir un virus con una bacteria, es, como no distinguir entre un dulce y un gato.

El dulce es una sustancia inerte que solo se expresa cuando se disuelve en la boca y nos hace sentir su dulzura; de otro modo, el dulce es un objeto inanimado que está encima de la mesa esperando que alguien se lo lleve a la boca para dar “razón de su existencia”.

Por el contrario, el gato es un ser vivo: nace, crece, se reproduce y muere. Es decir, tiene vida propia.

Del mismo modo, al igual que el caramelo, el virus es una estructura inerte, es una molécula química que no nace, no crece, ni muere. Como lo hemos descrito en episodios anteriores, está constituido por un genoma o ácido nucleico central (ya sea de ARN o ADN), recubierto por una cáscara de proteínas, grasas y azúcares.

No tiene vida propia, y como el caramelo, está esperando ingresar a un ser vivo para infectarlo, apoderarse de su sistema de reproducción celular para hacer miles de millones de copias de sí mismo y causando enfermedad en ese proceso.

La bacteria, por otro lado, al igual que un gato, es un ser vivo que nace, crece, se reproduce y muere. Además, cumple diversas funciones en la naturaleza, la mayoría de ellas, útiles.

Esa explicación puede ayudarnos a entender lo que es el comportamiento viral y la vigilancia genómica.

¿Cómo se comporta un virus?

Al reproducirse, el virus hace miles de millones de copias de su genoma. En el proceso, sufre cambios en la secuencia genética de su lábil molécula central de ARN.

La gran mayoría de esas mutaciones son simples: no causan ningún cambio en el comportamiento del virus. Sin embargo, algunas de ellas sí pueden modificarlo.

Pero, muchos se preguntan: ¿qué es el comportamiento de un virus?

Allí nos dice -después de analizar cómo el virus infecta a sus víctimas- que “cada vez está más claro que muchos virus cooperan, se unen para coinfectar a sus huéspedes y romper las defensas inmunes antivirales”.

En el artículo se describe cómo un tipo especial de virus llamado bacteriófago (también conocido como fago), que infecta a las bacterias, produce una señal química, un péptido de solo seis aminoácidos bautizado como “arbitrium” (consenso en latín), que es una especie de mensaje que dice: “Acabo de atacar a una bacteria”.

Cuando la cantidad de ese “arbitrium” aumenta en el ambiente, los virus se dan cuenta de que han infectado tantas bacterias que ya no quedan muchas disponibles. De esta manera, dejan de destruir a las bacterias y entran en un estado de relativo descanso.

Ese es un ejemplo, entre varios otros, de que los virus son capaces de tener comportamientos y modular el ritmo de infecciones que producen.

En ese sentido y como hemos visto aparecen nuevas variantes del covid-19 que son capaces de ser más infecciosas y de resistir a los anticuerpos, uno se pregunta: ¿Será que los virus se están dando cuenta de que alguien está tratando de controlarlos y por lo tanto mutan para adaptarse a los ataques y ser más eficientes en su reproducción?